Se trata de la obra de reforma y ampliación de las casas de Son Roca, en Son Ferriol, del Legado Weyler, para transformarlas en un edificio con diversos usos: talleres de formación e inserción sociolaboral de personas con discapacidad psíquica, usos de cocina y restauración, una sala polivalente de gran tamaño y espacios exteriores diversos.
El edificio está ubicado en la finca de Son Roca, que quedó dividida en dos partes por el segundo cinturón de Palma, quedando las naves de los talleres ocupacionales de Mención en el lado Sur, y la mayor parte de la finca, con las casas, la noria, el molino, y otras construcciones más recientes en el lado Norte. Cabe destacar el gran huerto cerrado con paredes de piedra “en verde”, en cuyo lado sur se sitúa la Casa Esment. Sus espacios se abren generosamente hacia éste. En planta baja se ubica una gran terraza cubierta con una pérgola a doble altura. Ésta provee de sombra a la vez que enmarca las visiones de la Serra, actuando como un elemento de transición respecto al gran huerto.
Las casas habían estado cerradas durante muchos años y la cubierta y forjados intermedios habían desaparecido. La intervención ha consistido en eliminar algunos añadidos sin ningún interés y dotar de nuevos accesos y espacios en torno a las dos crujías de la casa original. Asimismo, se añade una tercera crujía a las plantas baja y primera, con un tratamiento de fachadas diferenciado, y muy abierto hacia el huerto y las vistas lejanas de la Serra de Tramuntana. En la tercera planta se ubica la sala polivalente.
El edificio manifiesta su cariz público en la fachada principal, visible desde el segundo cinturón, con un hueco de fachada de triple altura al que se abren los espacios de circulación principales, y que se prolonga horizontalmente en la planta baja, mostrando las paredes primigenias. En su interior, el tratamiento de los materiales identifica y potencia el contraste entre el edificio original y las zonas ampliadas.
El edificio anexo (recubierto de chapa microperforada), ocupado por cocinas, almacenes y espacios servidores, establece un diálogo con la bodega adyacente. En el sótano de este edificio servidor se encuentra una sala de instalaciones que sirve a este centro y a la bodega. Esta sala gestiona, con máxima y pionera sostenibilidad, la optimización energética entre ambos edificios. De manera esquemática, mediante la climatización por bombas geotérmicas y aerotérmicas, y un sistema de paneles fotovoltaicos situados en la cubierta del edificio. Además, las aguas residuales se tratan en una estación depuradora biológica (lagunaje) en la propia finca.
La actuación busca un equilibrio entre el carácter público de un equipamiento y el doméstico del edificio original. Asimismo, al estar situado en un entorno rural, se ha querido mantener su identidad, por un lado, formalmente manteniendo la sencillez de una cubierta a dos aguas y la masividad de los muros originales; y por otro mediante sus materiales tectónicos: arcilla, morteros de cal, madera, hierro y hormigón.